jueves, 16 de junio de 2011

Anfibios en el valle de Zongo

Doce especies de ranas y sapos en Bolivia están en peligro, dos de ellos no pueden ser hallados aún.

Siete de las ocho especies endémicas de anfibios que existen en el Valle de Zongo, provincia Murillo de La Paz, se encuentran bajo alguna categoría de amenaza. Una experta afirma que urge plantear una estrategia de conservación.

Los datos fueron proporcionados por la bióloga, especialista en herpetología, Claudia Cortez Fernández, quien hizo un estudio denominado “Evaluación del estado de conservación de los anfibios del Valle de Zongo en La Paz, Bolivia”.

Explicó que el 50 por ciento de las especies de Zongo se encuentran bajo las categorías: en peligro crítico (CR), en peligro (EN) y vulnerables (VU), “esto debido a factores que actúan en diferentes niveles y que, sumados, pueden causar la ausencia o descenso del número de individuos”.

La investigación dio prioridad a la búsqueda de cinco especies de la zona, que corresponde a la región montañosa de Yungas, considerada la de mayor endemismo de anfibios en Bolivia.

En Zongo fueron registradas 19 especies, 12 de las cuales están bajo algún nivel de amenaza.

Del total de estas especies, ocho son endémicas, es decir que sólo existen en la región boliviana. La búsqueda generó información sobre la riqueza, abundancia, composición y estado de conservación de otros anfibios presentes en el Valle de Zongo.

UNA SOLA MUESTRA. La bióloga indicó que, como referencia, algunos investigadores registraron en la zona a cuatro especies “con baja abundancia” o el registro de un solo individuo. Éstas ya fueron consideradas altamente amenazadas antes del estudio.

Entre éstas se halla la Oreobates zongoensis, un pequeño Strabomantidae. De esta especie se conoce un registro descrito por Reichle & Köhler, de 1997, a partir de un individuo adulto.

Otras especies en la misma situación son la Psychrophrynella chacaltaya, la Telmatobius marmoratus y la Telmatobius verrucosus. Esta última es un ejemplar acuático del cual solamente se cuenta con el hallazgo de una larva encontrada por un investigador.

Cortez aseguró que, como resultado de la búsqueda, no se encontraron ejemplares de Oreobates zongoensis. “Podríamos llegar a pensar que está extinta, por eso es que, según mis datos, está en peligro crítico”, complementó.

En el caso del Telmatobius verrucosus, la investigadora tampoco encontró ejemplares. Sin embargo, logró el registro de otra especie amenazada para Bolivia, la Telmatobius bolivianus, con un solo individuo juvenil.

En su recorrido, halló algunos ejemplares muertos de Hyloscirtus cf. armatus, Pleurodema marmoratum y Telmatobius marmoratus. Esta última, aclaró, no es endémica del país.

La herpetóloga expresó su preocupación porque, antes, con sólo remover entre las piedras se podía observar algunas ranas y sapos, lo que hacía suponer que se trataba de especies abundantes. El estudio reportó la existencia de 17 especies, que sumadas a dos reportes anteriores hacen un total de 19. “De éstas, hasta ahora, cuatro son endémicas para Bolivia, una es propia sólo del Valle de Zongo, la Oreobates zongoensis, y existen cuatro nuevos registros que probablemente son endémicas para Bolivia y Zongo”.

CAUSAS. Según la bióloga, entre las causas que influyen negativamente están la expansión agrícola, el chaqueo, la minería, la deforestación, el incremento de ganado y la eutrofización por fecas (cuando las vacas defecan en el agua y quitan oxígeno).

A esto se agrega la erosión de los ríos por la extracción arenera y la introducción de especies invasoras, como peces y anfibios.

Uno de estos datos establece, por ejemplo, que las truchas se comen a los renacuajos

Anfetaminas, la droga sintética preferida por los universitarios

Encuesta: Un estudio afirma que cuatro de cada diez estudiantes no saben si estas sustancias son más dañinas que el alcohol.

Yáscara Rivera Diez de Medina



En diez universidades del territorio boliviano, la droga sintética más consumida es, en promedio, la anfetamina. El 0,88 por ciento de los estudiantes la han consumido alguna vez.

Las drogas sintéticas en general, que son utilizadas por el 1,59 por ciento de los estudiantes, son aquellas que no derivan de productos naturales como la cocaína, marihuana o heroína, que es un derivado de la amapola. Son drogas que se obtienen a través de procesos químicos. Estos estupefacientes son producidos principalmente en países como Estados Unidos, México y en algunas regiones de Asia.

Los datos sobre el uso de estos narcóticos son resultado del estudio Epidemiológico Andino sobre el Consumo de Drogas Sintéticas en la Población Universitaria, Informe Bolivia 2009, coordinado por la Comunidad Andina y conducido por la Comisión Interamericana para el Control y Abuso de Drogas.

El informe señala que alguna vez en su vida, el 0,88 por ciento de los estudiantes encuestados consumió anfetaminas; mientras que 0,12 por ciento probó LSD; el 0,17, metanfetaminas; el 0,02, ketaminas 0,02, y ninguno, GHB. En el caso del éxtasis, fue empleado por el 0,60 por ciento de los consultados para el estudio.

Por otra parte, el 0,22 por ciento usó alguna droga sintética durante el último año (2009). El 0,14 por ciento dijo que fueron anfetaminas; el 0,05 por ciento mencionó al LSD, y el 0,03 por ciento, al éxtasis.

El director del Centro Comunitario de Estudios Disciplinarios, Érick Fernández, manifestó que, en general, los datos de esta investigación arrojan prevalencias reducidas en el consumo de drogas sintéticas desde 2005. Sin embargo, reflexionó que no existen estudios específicos sobre este tema, debido a que las políticas gubernamentales de los últimos años dieron más prioridad al informe de otros estupefacientes, como cocaína e inhalantes.

Sobre el trabajo coordinado con la Comunidad Andina, Fernández aseguró que el nivel de conocimiento de la población sobre el efecto de estas drogas es muy bajo: cuatro de cada diez encuestados no saben si las drogas sintéticas causan más daño que el alcohol.

Explicó que estas sustancias prolongan los efectos por más tiempo. En ese sentido, son más fuertes que otras drogas clásicas como la marihuana y la heroína. No obstante, el Director del Centro Comunitario de Estudios Disciplinarios dijo que uno de los factores para el bajo consumo de estas drogas es su alto costo, por lo que son menos frecuentes en el mercado.

En el estudio se establece que la mayor parte de los entrevistados no considera que el consumo experimental (probar droga una o dos veces) puede convertir el uso en dependencia. Sin embargo, todavía hay quienes desconocen los riesgos que se corren por este consumo.

La investigación se realizó con una muestra representativa de 4.245 estudiantes de diez universidades bolivianas, entre privadas y públicas de ciudades con más de 300.000 habitantes. De esta muestra, 2.006 son varones y 2.239 mujeres.

Falta trabajar en el área de prevención

El director del Centro Comunitario de Estudios Disciplinarios, Érick Fernández, comentó a este medio que si bien el consumo de las drogas sintéticas es reducido, su uso es preocupante porque en la década del 80 se registró una situación similar con el consumo de marihuana y cocaína, la que luego se incrementó en forma sostenida.

Por ello, manifestó que ante la probabilidad de que el consumo aumente, su institución empezó a realizar un trabajo de prevención, principalmente en los grupos de riesgo que son aquellas personas que nunca consumieron estas drogas sintéticas. El grupo de jóvenes que sí lo hizo es considerado como la población prevalente.

Fernández aseguró que el Centro Comunitario de Estudios Disciplinarios no trabaja exclusivamente en la prevención de uso de drogas sintéticas, sino para evitar el consumo de todas las drogas, incluso las lícitas, como el alcohol y el tabaco. Esta institución también realiza trabajos de información y difusión en el ámbito comunitario, aunque reconoce que debería incidirse en el mayor grupo de riesgo, que es el de los universitarios.

Recomendó al Gobierno que trabaje en la aplicación de una política pública para reducir la demanda de estas sustancias perjudiciales para la salud. “Se tiene que fortalecer la institucionalidad estatal y la formulación de política públicas”, concluyó.

14% recibió una oferta de droga

Según el informe, al menos 14 de cada 100 alumnos de las diez universidades encuestadas admitieron haber recibido, alguna vez, ofertas para comprar drogas sintéticas. El estudio Epidemiológico Andino sobre el Consumo de Drogas Sintéticas en la Población Universitaria consultó si había facilidad para obtener este tipo de estupefacientes.

El 14 por ciento de los estudiantes encuestados declaró haber recibido alguna vez la oferta para comprar o probar alguna droga sintética.

También existe una marcada diferencia entre las tentaciones a varones y a mujeres, ya que el 18,1 por ciento de ellos recibió estas propuestas, mientras que el porcentaje fue menor entre el sexo femenino: el 9,8 por ciento.

El 70 por ciento de los universitarios consultados manifestó que, si quisiera, podría acceder al éxtasis. Solamente en 2009, el 4,7 por ciento de los estudiantes señaló haber recibido la oferta de alguna droga sintética. Lo que más se les ofreció fue éxtasis, el 3,1 por ciento; luego están las anfetaminas, 1,7 por ciento; metanfetaminas, 1,3 por ciento, y LSD, 1,1 por ciento.

Para destacar

El éxtasis (MDMA) es una droga sintética psicoactiva que viene en pastillas, causa efectos vigorizantes, eufóricos y calidez.

Las anfetaminas son drogas estimulantes elaboradas a partir de sustancias químicas no extraídas de plantas naturales.

La metanfetamina es un pedazo de cristal. Produce efectos más fuertes en el sistema nervioso central de los seres humanos.

El LSD es una sustancia más potente. Se vende en tabletas, pastillas y en forma líquida. Produce efectos hasta por 12 horas.

El 41 por ciento de los estudiantes considera que el uso de drogas sintéticas causa menos adicción que otras drogas.

El 53 por ciento de los universitarios piensa que estas drogas sintéticas son menos peligrosas porque vienen de Europa.